Tras el entierro de su padre Ivan, Justin con tan solo diez años, empieza a recomponer el rompecabezas de una vida familiar cuyos datos le han sido ocultados. Ivan lideraba una banda de ladrones especializados en el robo de coches y era dueño de un club nocturno que, además de ofrecer espectáculos de travestis, le servía de centro de operaciones. Un día, siguiendo a Juliette, una ladronzuela a la que acaba de dejar en libertad, Alex, el hermano de Ivan, entra en el club nocturno y, después de varios años, se encuentra con su hermano, cada uno a un lado de la ley. Alex inicia una tormentosa relación con Juliette, quien recibe amenazas de Ivan, el jefe de la banda para la que trabaja Jimmy, el hermano de Juliette. Alex trata de acercarse a su sobrino Justin después de la incineración, pero el niño no solo le rehuye, al encontrarse con él en la feria, a modo de juego, le amenaza con un arma. Para Alex ese gesto es como un signo premonitorio de algo que podría no tardar mucho en suceder.