A través de las páginas de Diario inacabado, el narrador, un docente en baja laboral, al que no le quedan muchos años para jubilarse y que ha ejercido sus últimos treinta años de profesión en Barcelona, intenta rememorar, barajando diferentes espacios y tiempos, lo que él considera sus ‘fracasos’: la homosexualidad como causante de su falta de vida afectiva, el lastre de una inauténtica religiosidad vivida durante el franquismo, la problemática lingüística dentro del universo educativo en la Cataluña de los últimos años… Temas todos éstos que aparecen ante la mente del maestro como una pantalla en la que se proyecta la frustración y la soledad de toda una vida. Pero, bajo la estructura genérica del diario, y sumido el narrador-protagonista en una mezcla de depresión y ansiedad, los diferentes núcleos temáticos que se entremezclan parecen confluir, al final de este Diario inacabado, en una tenue luz de esperanza ante los años -muchos o pocos- de un futuro en busca de esa felicidad que no se acaba de encontrar. Escrito con un realismo que deja al descubierto muchas crudezas íntimas, el narrador no rehuye, en ocasiones, una prosa trabajada, y, en otras, un análisis de ciertos fenómenos de la educación en la Cataluña de nuestros días. En suma, un relato que desnuda las contradicciones de un ser que no ha encontrado acomodo en nuestra sociedad