El síndrome de Casandra es la crónica intermitente a lo largo de treinta años de los conflictos, recuerdos y secretos de un grupo de amigos. Reflexión sobre la amistad y novela generacional con distopía de fondo, su trama se sustenta en el repaso a un catálogo de personajes cuya pertenencia al colectivo LGTBI los convierte en víctimas de los malos tiempos. Porque el futuro cercano que imagina este libro es más que posible y las situaciones que se describen son una constante apelación a sentirse parte de hechos que pueden parecer asumibles si los sufren los demás. Con El síndrome de Casandra, el autor cambia de registro y propone un relato distópico de su propia generación en búsqueda permanente de nuevos retos narrativos pero siempre con la misma máxima: no hay buena historia sin grandes personajes.